Esto que vais a leer a continuación es una traducción de la entrevista que Jessica Ortner hizo a Cheryl Richardson titulada “El poder del No”
[Primera parte aquí]
EJERCICIO DE TAPPING
Elige un «No». Elige algo a lo que realmente quieras decir «No». A lo mejor es una petición o invitación que quieres rechazar. A lo mejor hay un cliente con el que estás trabajando pero sabes que ya no os beneficiáis mutuamente y quieres decirle «No». Quizás quieres decirle «No» a tu hijo o hija que te continúa pidiendo dinero cuando tú sólo quieres que maduren y salgan del nido, porque ya son mayorcitos. Como quiera que sea, elige un «No» que te produzca mucha ansiedad. Ahora vamos a hacer algunas rondas genéricas de tapping.
[PK: Punto de Karate / C: Ceja / LO: Lado del Ojo / DO: Debajo del Ojo / DN: Debajo de la Nariz / B: Barbilla / CL: Clavícula / DB: Debajo del Brazo / CO: Coronilla]
Comienza en el punto de Karate mientras dices:
PK: Anque me da miedo decir «No», me quiero y me acepto.
Aunque estoy muy nervioso/a de poner límites diciendo no,
me acepto y me quiero profundamente.
Aunque odio este sentimiento de ansiedad que tengo cuando pienso en decir «no», elijo sentirme tranquila y en paz.
C: Tengo mucho miedo a decir no,
LO: Odio esta sensación en mi cuerpo,
DO: Siempre me entra ansiedad,
DN: Me hace sentir muy incómoda/0
B: ¿Y si dejo de gustarles?
CL:¿Y si se enfadan conmigo?
DB: Odio que la gente se enfade conmigo
CO: Es que no valgo para decir «no».
–siguiente ronda–
C: No valgo para decir «no»
LO: Siempre digo «sí»
DO: Especialmente cuando quiero decir «no»
DN: Pero estoy mejorando a la hora de decir «no»
B: Con cada «tap», mejoro mi habilidad de decir «no»
CL: En realidad, decir «no» es muy cómodo
DB: Cada vez es más fácil decir «no»
CO: Confío en mí para decir «no» y poder lidiar con las consecuencias.
Respira profundamente.
—Y vamos con otra ronda—
[De nuevo en el punto de karate]
PK: Aunque temo que no podré lidiar con las consecuencias de decir «no»,elijo confiar en mí mismo/a de todas formas.
Aunque tengo miedo de que no seré capaz de lidiar con la ansiedad que siento cuando digo «no», elijo mantenerme tranquilo/a y en paz.
Aunque yo mismo/a fabrico ansiedad al preocuparme sobre lo que podría pasar si digo «no», elijo fabricar paz.
C: Odio decir «no
LO: Para nada, en realidad me encanta
DO: Me provoca ansiedad
DN: En realidad me sosiega
B: Me encanta proteger mi alma
CL: Me encanta proteger mi tiempo
DB: Me encanta proteger mi energía
CO: Me encanta proteger mis experiencias en la vida.
—–
C: Me encanta crear mi propio espacio
LO: Me encanta vivir con espacio
DO: Decir «no» me da espacio
DN: Decir «no» me da energía
B: Decir «no» me da más tiempo
CL: «No» es mi amigo/a
DB: Cada día mejoro más y más el decir «no»
CO: Y lidio con las consecuencias de manera fácil y natural.
Respira profundamente.
Vuelve y haz tapping todas las veces que necesites, hasta que encuentres el alivio que tú quieres.
Fíjate, hubo un momento en el que empezamos a intercalar: «Sí, me gusta. No, no me gusta nada. Sí, me encanta.» Posteriormente pasamos a decir sólo lo positivo. Esto funciona muy bien, especialmente si tienes mucho miedo. Prueba a exagerar los opuestos, de manera que podría quedar algo así: «Tengo muchísimo miedo…», «Me lo paso genial cuando…»
Intenta inventarte ejemplos graciosos, indignantes, divertidos, intolerables, ejemplos que vayan de un extremo a otro, porque eso reprogramará tu cerebro y sentirás el cambio de energía en tu cuerpo.
Practica escribiendo algunas afirmaciones extremas de tu propia cosecha.
APRENDIENDO CUÁNDO DECIR «NO»
Antes que nada, tienes que ser muy consciente de las peticiones que se te hacen. Ya sea vía email, mensaje, por teléfono, en persona, date cuenta de todas las solicitudes que requieren tu atención, tu tiempo y tu energía. Pasa 30 días convirtiéndote en un experto en detectar todas la peticiones que te supongan tiempo y energía.
El segundo paso es poner distancia entre las solicitudes y tu respuesta. Puedes decir «Tengo que consultarlo con la almohada». Dile a la gente «Tengo una política personal, y es que siempre consulto con la almohada todas las peticiones que me llegan. Mañana mismo me pongo en contacto contigo». No tiene que ser algo personal hacia ellos, simplemente conviértelo en una norma tuya, un principio. «Tengo una regla personal por la que siempre tengo que dormir y consultar con la almohada antes de decir sí.» O puedes decir, «Déjame responderte. Necesito pensar y resolver algunas cosas.»
¿Qué peticiones están mermando tu energía y consumiendo tu tiempo actualmente?
Al tomarte tu tiempo para decidir en qué quieres centrar tu energía, puedes estar más presente en aquellas cosas a las que quieres decir «Sí». La Presencia es la moneda divina que usamos en nuestra vida para conseguir las experiencias ricas y llenas de significado que todos queremos.
Cuando intentamos ser buenos/as, simpáticos/as y de ayuda para todo el mundo, estamos despilfarrando ese fondo divino.
Debes tener claro quiénes son las personas a las que quieres ayudar. ¿Dónde y a quién quieres ayudar en tu vida estando lo más presente posible? ¿A qué necesitas decir «no» para poder dedicarte a lo que es verdaderamente importante? Porque cuando estás más presente es cuando de verdad estás en algo, cuando quieres estar ahí. Entonces no corres el riesgo de tener resentimientos.
¿Cuáles son las cosas que de verdad QUIERES hacer, la gente a la que de verdad QUIERES ayudar?
Hay mucha gente en esta comunidad, gente que escucha o lee estas entrevistas, que está aquí porque quieren ayudar a los demás; porque tienen un enorme corazón; porque quieren contribuir a que el mundo mejore, pero esto es una trampa en la que mucha gente cae. Tienen la idea de que necesitan ayudar a todo el mundo, arreglar los problemas de los demás, y sienten que cargan todo el peso del mundo en su espalda.
¡No estás aquí para ayudar a todo el mundo! ¡Todo el mundo es mucha gente! Estás aquí para estar ahí, y hacerlo de la manera más presente posible. Cuando le abres la puerta a demasiada gente, acabas exhausto/a e incapaz de ayudar a nadie.
OTROS PROBLEMAS
Demasiado a menudo nos encontramos sin saber si decir «Si» o «No» a una petición. No estamos seguros. Hay razones para decir «Sí» y razones para decir «No». Simplemente no sabemos qué camino tomar. ¿Se te ocurren situaciones así?
Otra tema importante sobre el que hablar es el de tener una lista de «No rotundo».
Tenemos que definir las cosas que no queremos hacer más en nuestra vida. ¿Te viene a la mente alguna de esas cosas?
Ahora vamos a abordar el tema de la ambivalencia con el tapping:
PK: Aunque me siento indeciso ante esta decisión,
permito que entre un poco de claridad en mi mente.
Aunque no sé si decir «si» o «no» ,
elijo darme el tiempo que necesito para aclararme.
Aunque odio estar entre la espada y la pared,
elijo que me encanta estarlo.
C: Me siento muy indeciso ante esta decisión
LO: No sé qué hacer
DO: ¿Debería decir «sí»?
DN: ¿Debería decir «no»?
B: No estoy seguro de lo que debería hacer ahora
CL: Y odio no saber qué hacer
DB: Me hace estar confuso
CO: Me provoca ansiedad
C: No me gusta sentir esta ansiedad
LO: Así que tomo una decisión a la ligera
DO: Y luego me meto en líos
DN: Porque a menudo la decisión precipitada es la peor decisión
B: Y entonces me arrepiento
CL: Y luego me resiento
DB: Y no estoy feliz
CO: Y la gente a la que le incumbe tampoco lo está
C: Estoy cambiando todo eso ahora
LO: Estoy adquiriendo claridad
DO: Estoy aprendiendo a ser paciente conmigo mismo
DN: Siento compasión por esta indecisión
B: Soy paciente conmigo
CL: Me doy tiempo para decidir
DB: Recuerdo que las consecuencias de la decisión, son lo que más importa.
CO: Puedo arreglármelas con cualquier consecuencia.
Puedo con un «sí»
Y puedo con un «no»
Respira profundamente.
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Practica la paciencia. Muchas veces nos sentimos presionados a responder inmediatamente, cuando en realidad no lo estamos. Muy a menudo tenemos más espacio para tomar una decisión del que creemos.
Y recuerda que quieres trabajar para conseguir que todas las interacciones que tengas te dejen lleno y feliz, no agotado y resentido.
Hay tres cosas que no debes hacer cuando dices «No» a algo:
-No debes sobre-explicarlo.
-No debes debatirlo o permitir que la otra persona abra un debate contigo.
-No debes defender tu postura.
Por ejemplo, podrías decir «Me encantaría poder ayudarte pero este fin de semana no puedo, espero que todo vaya bien». Sólo eso. Punto. Silencio. No digas nada más. Cuando dudes, di menos. Cuantas más palabras uses, más probabilidades tienes de que esa puerta se abra, invitando al debate. El tono de tu voz también importa; sé amable y atento.
«Siento mucho no poder _____» o puedes decir, «Tengo una política de no ______, pero gracias por preguntarme.» Punto. Ya está.
Tómate un momento para pensar en situaciones donde podrías haber dado una respuesta similar, o escríbelas en un papel o en tu diario.
Decir «No» a ciertas peticiones, corriendo el riesgo de no gustar a la gente, o sintiéndote que te estás perdiendo algo, te permite estar presente para algo que pueda ayudar a mucha más gente que si hubieras atendido a todas esas peticiones anteriores.
Hay veces en las que tu presencia completa, cuando estás haciendo algo, puede influenciar energéticamente a mucha más gente de la que te puedas imaginar. Puede que ayudes a una persona que continúe su vida y acabe ayudando a millones de personas más, y puede que nunca lo sepas.
Hay nobleza y grandeza en el simple hecho estar presente para el intercambio de energía con otro ser humano.
Continuará…